No es que la IA haya “cambiado todo” de la noche a la mañana. Lo que cambió, desde hace años, es la forma real en que la gente compra: no lineal, por ciclos y con decisiones que maduran fuera de tu embudo. Loop Marketing no reemplaza al Inbound: lo optimiza, une humanos + IA y aterriza una estrategia consistente que se amplifica en tiempo real.

El punto de quiebre: dejó de ser lineal

Durante una década vivimos enamorados del funnel. Pero el comprador no camina en línea recta: “compran en ciclos continuos y pueden acelerar en cualquier momento”, lo he dicho más de una vez en escenarios y videos. La IA no inventó esa realidad; la volvió ineludible. El resultado: si tu sistema sigue empujando tácticas aisladas (más anuncios, más posts, más PDFs) sin integrar estrategia, datos y ejecución, te vuelves ruido.

Loop Marketing aparece como un sistema para orquestar cuatro cosas en bucle:

  1. definir un mensaje nítido,
  2. adaptarlo a audiencias,
  3. amplificarlo en los canales correctos (incluidos los de IA),
  4. optimizarlo con aprendizaje continuo. 

No es magia. Es asumir que la demanda se construye con constancia y claridad, no con atajos.

“La IA facilita llevar el mensaje a los canales; el trabajo duro sigue siendo construir ese mensaje y sostenerlo con consistencia.”

Por qué nos perdimos: obsesión por la conversión

El embudo nació del deseo de la empresa de llegar rápido a la compra, no de cómo compra la gente. Y las agencias (me incluyo en los aprendizajes) caímos en la comodidad del checklist: ejecutar lo de siempre vs. diseñar estrategia. Con IA, el problema se acentuó: ahora se pueden producir miles de mensajes idénticos sin valor.

La consecuencia es obvia: no hay demanda o, si llega, no está calificada. La salida es menos sexy y más difícil: estrategia sólida + consistencia. Sin eso, “ni Loop, ni Inbound, ni GPT van a salvar tus ventas”.

 

El núcleo de Loop: humanos primero, IA después (y en serio)

Estoy de acuerdo con el principio “human-first”: la pieza de valor la crea un humano con criterio, contexto y punto de vista. Luego sí, la IA multiplica: reusa, edita, adapta, distribuye, personaliza. Pero el origen tiene que ser real.

Ejemplos “de toda la vida” que hoy son tu mejor gasolina: eventos, webinars, podcasts, charlas. Documentas, y ese material, con tu voz y tus ideas, se transforma en artículos, clips, newsletters, respuestas para AEO (Answer Engine Optimization) y más.

“En lugar de darle la vuelta al algoritmo, vuélvete la respuesta correcta y la fuente.”

De la idea a la práctica: así opera el loop (con BOOMS)

En Black & Orange conectamos Loop Marketing con BOOMS, nuestra metodología de ejecución. Mi versión simplificada luce así:

1) Define: identidad, audiencia y mensajes

“Si tu producto no está claramente diferenciado, lo peor que puedes hacer es meterle marketing.”

2) Discover: lanzar, documentar y amplificar (human → IA)

3) Develop: estabilizar lo que funciona

4) Disrupt: optimizar en tiempo real

“Si no puedes probar algo en una semana, qu

Un principio que lo amarra todo: de clientes a fans

David Meerman Scott lo explica bien con Fanocracy: convertir clientes en fans y fans en clientes. No se logra con más anuncios, sino con comunidad, experiencias y mensajes consistentes alrededor de un diferenciador real. Hay industrias enteras que han renacido así (sí, incluso los seguros): construyendo pertenencia y utilidad.

El loop se vuelve virtuoso cuando cada vuelta deja:

Qué publicar mañana (y qué no)

Sí a:

No a:

Loop Marketing como optimización no como reemplazo

Loop Marketing no mata al Inbound; lo hace madurar. En B&O llevamos años viéndolo en clientes complejos: cuando una marca une estrategia nítida, ejecución humana y amplificación con IA, la demanda deja de ser una racha y se vuelve un sistema.

“Hoy es más fácil que nunca ejecutar bien… si tienes una buena estrategia.”

Black and Orange, que hoy emplea a 75 personas, nació de una inversión inicial de 250 mil pesos, un capital que apenas le permitió a Alan Valderrabano, su actual CEO, subsistir durante los primeros dos años.

Alan rememora con franqueza los momentos de incertidumbre, cuando la cuenta bancaria era cero y cada comida dependía de la esperanza de un pago retrasado de algún cliente. Con mirada clavada, recuerda la anécdota de compartir una lata de atún con su perro en tiempos difíciles como una muestra de la tenacidad que lo impulsó desde un inicio. Sin embargo, esos cimientos de sacrificio y resiliencia han rendido frutos espectaculares, con una facturación anual que supera los tres millones y medio de dólares.

El punto de inflexión llegó en 2016, cuando HubSpot, el reconocido CRM, introdujo a Black and Orange a la metodología de inbound marketing. Esta adopción estratégica marcó el inicio de un crecimiento exponencial. De ser socios, la empresa evolucionó de una empresa tradicional de marketing, hasta convertirse en una consultora de negocios especializada en generación de demanda. Su cartera de clientes, que incluye a gigantes como Gayosso, la NBA, Apple, el Tec de Monterrey y Rotoplas, es testimonio de su capacidad para impactar positivamente en negocios de diversas industrias.

Valderrabano enfatiza que su éxito no es únicamente mérito de Black and Orange; un 60% se atribuye al cliente. La colaboración estrecha y el compromiso del cliente para permitir que la agencia entienda profundamente su producto son, para él, la clave para una exponenciación efectiva.

La fortaleza de su empresa reside en la capacidad de sentarse con dueños y directores, cuestionar las suposiciones existentes y guiarlos hacia una estructura de ventas óptima antes de lanzar cualquier campaña.

Esta aproximación consultiva, que Valderrabano denomina “arquitectura de ingresos” o “arquitectura de crecimiento”, es respaldada por un equipo que incluye hasta a ingenieros dedicados a construir los “planos” para el éxito de sus clientes. Es esta distinción la que los posiciona como una empresa única en su ramo.

Valores y Operación: Crecimiento Humano y Estratégico

La filosofía de Alan tiene como base la convicción de que el crecimiento de una empresa está intrínsecamente ligado al crecimiento de las personas que la conforman. El verdadero reto radica en ayudar a las empresas a reflexionar sobre su diferenciador único. Si no se identifica y se comunica claramente lo que hace a una empresa especial, cualquier esfuerzo de marketing será infructuoso.

Un hito significativo en la trayectoria de Alan fue un evento de HubSpot en Boston. Inicialmente intimidado por el nivel de los asistentes, se impuso el desafío de regresar siendo “el que más supiera”. Esta mentalidad de superación constante lo llevó a un año de preparación intensiva, transformando lo que pudo haber sido “suerte” en una “suerte buscada”. Al aplicar rigurosamente la fórmula del inbound marketing —construir información, contenido y posicionamiento—, Black and Orange se consolidó hasta alcanzar el nivel de las empresas referentes que una vez admiraron.

La empresa opera bajo la premisa de que el marketing no genera ventas directamente, sino que facilita el proceso de venta. Esta distinción es crucial y permea su enfoque con los clientes. Alan es firme en la idea de que, a veces, es necesario renunciar a clientes tóxicos, no por razones económicas, sino por el bienestar de los colaboradores. Un cliente que no comprende ni valora el trabajo de la agencia puede desmoralizar y, en última instancia, llevar a la pérdida de talento valioso

Navegando la Tormenta: Oportunidad en Tiempos de Crisis

Las crisis, lejos de ser un obstáculo insuperable, son vistas por Alan Valderrabano como catalizadores de cambio y generadoras de oportunidades. En estos periodos, la fidelidad de los clientes satisfechos se convierte en un activo invaluable, abriendo puertas a nuevas empresas y proyectos, a través de la recomendación boca a boca. “En las crisis tienes que hacer tu parte, tienes que hacer lo que está en tus manos”, afirma, reconociendo que, si bien muchos factores escapan al control, la intervención en aquellos que sí pueden manejarse es indispensable.

Los tiempos actuales son un claro ejemplo de esta realidad. Los ciclos de venta, que antes tomaban entre 30 y 45 días, se han extendido a 90 o incluso 180 días. A pesar de operar al 60% de su meta de ventas actual, Black and Orange mantiene una estructura sólida y una confianza basada en la preparación. Citando a Salvador Alva, expresidente del Tec de Monterrey, Valderrabano subraya la importancia de “estar listo para perder la mitad de tus ingresos y no pasar saliva”. Esta mentalidad de anticipación y resiliencia es clave para los próximos 3 a 5 años.

La estrategia de Black and Orange para el futuro no implica sacrificar su esencia ni a su equipo por metas inalcanzables. Prefieren ajustar sus objetivos a la realidad, optando por un crecimiento del 10% con una alta calidad de vida para sus empleados, en lugar de un crecimiento del 50% que desgaste al equipo. La meta ambiciosa de alcanzar 2000 clientes activos para 2035, desde los 110-120 actuales, se buscará no a través de una masiva contratación de personal (que podría diluir sus valores y cohesión), sino mediante la creación de modelos de autoservicio, integrando inteligencia artificial y algoritmos.

Esta visión futurista permite a más empresas acceder a sus servicios sin comprometer la integridad y los valores que han definido a Black and Orange desde sus humildes inicios. En definitiva, Alan Valderrabano encarna la filosofía de que, incluso en los momentos más desafiantes, las empresas verdaderamente nacidas para mejorar encuentran el camino hacia el crecimiento sostenible y con propósito.

 

*Pepe Rodríguez es especialista en comunicación externa, relaciones públicas y manejo de crisis mediáticas, además es coordinador del sector negocios en Kaizen Comunicaciones.


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