Blog

6 diciembre, 2025 by Columna

Hay verdades que una empresa necesita escuchar…

Por Rocío Díaz, Roru / Sanadora Empresarial

En las empresas hablamos de objetivos, cifras y roadmaps, pero rara vez hablamos de algo igual de determinante: los mensajes que realmente están moldeando la energía de los equipos. No me refiero a comunicados internos, sino a algo más sutil y honesto: lo que las personas escuchan, repiten y sienten todos los días.

A mí me gusta mucho un grupo cuya música es profundamente espiritual y directa. Sus letras son de consciencia, no de evasión. Y un día, escuchándolos, me cayó una idea evidente: si sus canciones hablan de despertar, procesos, amor propio y tiempo presente…
¿por qué no compararlas con las áreas de una empresa?

No era solo una idea creativa. Era una hipótesis seria: hay verdades que una empresa necesita escuchar, y solo la música consciente se atreve a decirlas con claridad.

En la entrevista que le hice a Dis.Hype, llevé esta idea al terreno práctico. Les pregunté qué canción dedicarían al equipo de ventas. La respuesta fue “Ancestral Brunch”, que abre con Algora: un mensaje sobre que el mundo cambió y hoy tenemos todas las herramientas para hacer lo que queremos hacer.

Ese es exactamente el tipo de mentalidad que un área comercial necesita: posibilidad, actualización interna, capacidad de usar el contexto a favor. No “cierra como sea”, sino “reconoce el nuevo mundo en el que vendes”. La letra hace lo que muchos discursos de ventas no logran: reordenar la percepción.

Cuando pasamos a administración, la selección fue otra: Algora, Senda, Amado y Aura.

  • Algora vuelve a aparecer como recordatorio de realidad: el entorno ya cambió, los procesos no pueden diseñarse como si siguiéramos en otro tiempo.
  • Senda habla de proceso: cada persona y cada proyecto tiene su propio ritmo. En administración, donde todo se quiere controlar, esta idea es incómoda pero necesaria.
  • Amado toca el tema del amor propio. Y sí, aunque suene incómodo en un lenguaje corporativo, la verdad es clara: sin autoestima profesional, lo único que se administra es cansancio.
  • Aura recuerda que la energía que diriges importa tanto como el Excel que llenas.

Lo interesante no es solo la correspondencia con cada área, sino lo que revela: detrás de “back office” hay emociones, ritmos internos, narrativas silenciosas. La música simplemente las hace evidentes.

Cuando llegamos al tema de liderazgo, la respuesta fue quirúrgica: Kenosis.
Kenosis habla del tiempo y lanza una frase que cualquier comité directivo debería discutir:
el pasado no tiene poder; solo la memoria se lo da.

Eso es lo que muchos líderes hacen sin darse cuenta: gestionan desde memorias viejas, decisiones que les dolieron, fracasos que no han procesado. Operan más desde archivo emocional que desde realidad presente. Y cuando eso pasa, la empresa se llena de políticas defensivas, estructuras pesadas y poca capacidad de responder al ahora.

La canción plantea algo que también sostengo desde la Sanación Empresarial: un negocio solo puede evolucionar en coherencia si quien lidera es capaz de estar en el presente, no atrapado en la versión anterior de sí mismo o de la organización.

¿Por qué hacer este ejercicio de comparar canciones con áreas de negocio?
Porque, al hacerlo, se vuelve evidente algo que en los organigramas no aparece:
las empresas también vibran.
Cada área tiene un tipo de mensaje que necesita, un tipo de consciencia que le urge integrar.

La música consciente funciona como espejo. Te muestra si tu equipo de ventas opera desde miedo o desde posibilidad. Si administración vive en control ansioso o en proceso inteligente. Si el liderazgo está tomando decisiones desde memoria o desde presencia.

Sanar negocios, en este contexto, no es una metáfora bonita. Es un trabajo muy concreto: revisar desde qué mensajes internos está operando cada área y qué nueva narrativa necesita para alinearse con el propósito del negocio. Lo que hice con estas canciones es lo mismo que hacemos en los procesos de Sanación Empresarial: traducir contenidos sutiles en decisiones prácticas.

Al final, esta columna no va solo sobre el gran trabajo de Dis.Hype, sino sobre un punto de fondo: las empresas necesitan nuevos lenguajes para mirarse.
Los diagnósticos tradicionales muestran números; la música, cuando es consciente, muestra patrones.

Y si algo me dejó claro esta comparación es esto:
no basta con tener estrategia; hay que cuidar qué mensajes sostienen la energía que la ejecuta. Porque una empresa puede tener el plan perfecto… y seguir atrapada en una frecuencia que sabotea todo.

La buena noticia es que cambiar la frecuencia es posible.
A veces empieza con una conversación.
Otras, con una pregunta incómoda.
Y, de vez en cuando, con una canción que dice, sin suavizar, lo que el negocio ya está listo para escuchar.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Award winning creative agency

We are building for tomorrow because tomorrow is the future and we want to make a contribution to the wonderful digital age that is awaiting us.