El Carbono: Herramienta de Conservación para la Sierra Gorda
En un esfuerzo innovador para conservar los valiosos bosques de la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda, el gobierno de Querétaro y el Grupo Ecológico Sierra Gorda (GESG) han implementado un mecanismo que convierte la captura de carbono en una herramienta de preservación ambiental. Este 27 de octubre, se realizó el pago a 33 propietarios forestales y una comunidad de la sierra, incentivando así la conservación de 6,500 hectáreas de bosques y selvas en uno de los espacios naturales mejor conservados del centro de México, que desempeña un rol crucial como pulmón de Querétaro.
A través de una política pionera conocida como el Sello Estatal de Bajas Emisiones de Carbono, el estado busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las empresas locales. Basado en el modelo de Carbono Biodiverso desarrollado en 2011 por el GESG, este esquema permite a las empresas compensar sus emisiones pagando un impuesto que se invierte directamente en la absorción de CO₂ en los bosques de la Sierra Gorda. Las empresas pagan 637 pesos por tonelada de CO₂ emitida, un costo que pueden compensar mediante el financiamiento de proyectos de conservación, creando un impacto positivo directo en los ecosistemas forestales.
Este programa de conservación ha sido un cambio radical en la gestión de recursos naturales. Antes, los residentes de la Sierra Gorda usaban el bosque para actividades ganaderas, lo que aceleraba la degradación del terreno y disminuía su capacidad de captura de carbono. Sin embargo, gracias al apoyo del programa, estos terrenos se destinan ahora a la regeneración y preservación de los bosques, permitiendo que los propietarios de tierras se conviertan en guardianes del medio ambiente.
Para finales de este año, se espera que 287 propietarios en diversas comunidades de la Sierra Gorda sean beneficiarios del Sello Estatal, protegiendo así un vasto mosaico de vida natural. Esta iniciativa no solo ayuda a reducir la huella de carbono, sino que también fortalece los ecosistemas, contribuye a la recarga de acuíferos, protege la biodiversidad local y genera empleos sostenibles para las comunidades rurales.
En palabras de Pati Ruiz Corzo, fundadora del GESG, este modelo ha dado un renovado valor al capital natural de Querétaro: “A través del Sello se recarga el acuífero, se captura carbono, se cuida el hábitat para la flora y fauna y la gente tiene empleo porque ahora los propietarios de las tierras son guardaparques”.
Esta iniciativa subraya cómo la economía del carbono puede ser una poderosa herramienta de conservación, apoyando a las comunidades locales y protegiendo los bosques para las futuras generaciones. La Sierra Gorda, con su riqueza biológica y valor ambiental, sigue demostrando que la colaboración entre gobiernos, empresas y comunidades es clave para enfrentar los retos del cambio climático.