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23 marzo, 2022 by Columna, Comunicación, Sustentabilidad

Integrando mi ser dividido

¿Me podrás preguntar, Laura y que es eso? ¿A qué te refieres?

Te explico un poco, esta división se siente cuando estamos en una relación de amor- odio, cuando estamos entre la ansiedad y la culpa, y esta sensación nos invade independientemente de que estemos en un día soleado o pasándola de lo mejor; esta sensación puede traer sufrimiento para nosotros y para otros porque sanar o integrar implica ir más allá de cómo estamos acostumbrados a relacionarnos.

Podemos encontrar y sentir gratitud por lo que nos pasa o por dónde estamos, pero más profundamente tenemos nuestros límites y en realidad podemos ir más profundo de lo que en realidad vamos.

Ese límite que tenemos es el que nosotros nos ponemos o heredamos de nuestros padres, abuelos, la sociedad, de eso que hacemos nuestro cuando no es, me doy cuenta que voy con creencias que en realidad no son mías, la maravilla es cuando podemos ir actualizando estas creencias en nuestra vida, decidimos en consciencia desde qué espacio nos movemos en la vida y decidimos desde nuestro ser adulto no seguir creencias que ya caducaron o que no me vienen bien en mi etapa adulta.

Eso es irme conociendo desde un espacio mas profundo y de conocer un poco ese inconsciente que me lleva a tomar mis decisiones y me lleva por esta vida en automático.

De niños vamos interpretando el mundo desde ese ser maravilloso vulnerable, pero, en un mundo de adultos, ¿qué pasa cuando somos adultos? Podemos hacernos cargo de ese niño y protegerlo e interpretar el mundo desde ese adulto experimentado, que somos hoy. Hacernos cargo de nosotros mismo, es lo más maduro que podemos hacer por nosotros mismos, irnos liberando de las ataduras que nos tienen amarrados a un niño que ya no somos.

Desde niños ocultamos una parte nuestra en la que encontramos dolor y no queremos enfrentar. Estas heridas nos recuerdan fallar, desilusiones, pérdidas, heridas emocionales y todo esto lo traducimos a no soy suficiente. Todas estas memorias las traemos a este presente. De esta manera, las escondemos en lo más profundo de nosotros y por eso estamos tan divididos. Le tememos a los recuerdos dolorosos. Esta negación es el filtro a través de lo que podemos ver y lo que no. Un ejemplo de esta división es cuando decimos el término NOSOTROS en lugar de ELLOS, el otro lado lo vemos con prejuicio mientras que el otro grupo está seguro, nosotros y ellos, están dentro de nosotros y se proyecta al exterior lo que rechazamos de nosotros contra lo que aceptamos, las cosas que aprobamos o juzgamos, las cosas que queremos y las que tememos.

Los roles de género también entran en este juego de aceptación y rechazo, y empezamos a integrar, a sanar, cuando nos damos cuenta de cuan distorsionado está este concepto y lleno de juicio por ejemplo lo femenino, está lleno de juicio incluso es sinónimo de débil, víctima, frágil, timidez, capricho, superficialidad, etc. Y nuestra autoestima se ve dañada si nos lo aplicamos a nosotros. El auto juicio termina cuando termina la división interna y dejamos de apoyar a los conceptos sociales que nos dividen.

En realidad, juzgamos a los demás por conceptos que negamos en nosotros, culpa y negación van de la mano.

Podemos terminar con esta división con el ser que somos y encontramos en nuestra meditación, nuestro contacto con nosotros.

Confiar en nuestra completud toma tiempo que irá profundizando cada ves más y más con el paso del tiempo.

Y que tal si te dejo esta frase para que te quedes con ella:   “Mi ser está en completa armonía”

Nos vemos pronto!!!!

@se.lilac                 [email protected]           selilac

 

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