La fijación de Van Halen por los M&M´s
Los músicos de pop y rock son globalmente famosos por tener exigencias un tanto excéntricas al momento de firmar sus contratos.
Beyoncé solicita pollo muy condimentado, Mariah Carey requiere de 20 gatitos y 100 palomas. Camerinos totalmente decorados y pintados de rosa, agua traída desde cualquier parte del mundo e incluso prohibir que la gente que trabaje en el show use ropa de piel o cuero son algunos de los pedimentos de artistas, solo por darse el gusto, cumplir algún capricho infantil o bien solo por llamar la atención mediática.
Sin embargo, la más interesante y sin duda, efectiva e inteligente solicitud “excéntrica” es la que solía hacer la banda de heavy metal estadounidense Van Halen.
Al momento de firmar un contrato para presentarse, la agrupación liderada por Eddie Van Halen siempre tenía una cláusula en la que pedía un gran tazón repleto de chocolates M&M´s.
Con tantos requerimientos técnicos, una solicitud basta sencilla podría ser menor. Sin embargo, y como es de esperarse este pedimento tenía una “letra pequeña”, no podía haber un solo chocolate con cubierta color marrón en ese tazón. De haberlo, la banda podía suspender el concierto inmediatamente y además cobrar sus servicios sin haber dado el concierto, lo que significaría molestias para el público y perdidas millonarias para los organizadores del evento.
Esta cláusula, incluida en un gigantesco contrato llamado “Sección Amarilla de China” contenía más de 500 cláusulas plagadas de términos legales y técnicos donde se aclaraba hasta el amperaje de los focos o la distancia de las luces entre ellas y tenía la intención de pasar desapercibida al estar ubicada entre la solicitud 100 y 200.
Pero cada uno de esos chocolates que quitaban del tazón tenía mucho sentido común y una visión muy clara de lo que la banda exigía para poder dar un excelente show.
David Lee Roth, vocalista y divo del rock, explicó en su autobiografía, “Nos movíamos con nueve camiones de 18 ruedas, llenos de equipo, por lugares donde el estándar era de tres camiones como máximo. Y hubo muchos errores técnicos: ya fuera que las vigas no podían soportar el peso, que el suelo se hundiese o que las puertas no eran lo suficientemente grandes como para meter el equipo. Nuestro rider parecía la versión china de las páginas amarillas por la cantidad de equipo y seres humanos necesarios para que todo fuera bien. Un pequeño ejemplo: ‘Artículo 148: Habrá enchufes de voltaje de 15 amperios a una distancia de 20 pies, de manera uniforme, proporcionando 19 amperios…’. Ese tipo de cosas”.
Obviamente la banda quería dar sus conciertos y satisfacer al monstruo de mil cabezas, pero siempre con altos estándares de seguridad y excelencia, esos chocolates representaban esa atención al detalle por parte de quienes les contrataban para cuidar hasta el último detalle, de haber un solo M&M marrón significaría que la producción no esta atenta a los detalles y eso no les daría la certidumbre de poder presentarse en un escenario seguro tanto para ellos como para los fanáticos, lo que podría devenir en un desastre épico que sin duda afectaría su reputación.
Esta es una excelente historia de control de calidad, que no puede ser olvidada ni pasada por alto en ninguna empresa y sobre todo por aquellas agencias de publicidad, marketing y relaciones públicas que realizan eventos públicos. Así que no importa si te piden o no un tazón de M&M´s o alguna otra excentricidad, tú debes poner el mismo tazón con tus proveedores y debes ofrecerlo a tus clientes.