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17 agosto, 2023 by Columna, Comunicación

De nuevo prevalecen las imágenes que no necesitamos

Andrés A. Solis*

Lo hemos comentado varias veces, el deber de las y los periodistas es informar, contar las historias que son relevantes, que son de interés público e impactan de alguna u otra manera a nuestra sociedad.

Sin embargo, en semanas recientes hemos visto que muchos medios siguen sin entender que aunque debemos informar, también tenemos que cumplir responsabilidades que tienen su base en el respeto a las audiencias y a los mínimos éticos y deontológicos.

De nuevo la prensa nacional y especialmente los medios digitales y la televisión, han abusado de mostrar fotos y videos de hechos violentos que no sólo alimentan innecesariamente el morbo, sino que contribuyen a vulnerar los derechos de las víctimas.

No hace falta ver cómo transcurre un atropellamiento, un apuñalamiento ni mostrar imágenes de jóvenes privados de su libertad, amordazados y con visibles muestras de tortura. No sabemos si estos jóvenes ya fueron asesinados o no.

A los medios y periodistas que difunden descaradamente estas imágenes, se les olvida o de plano les vale, que estas personas son víctimas y no hace falta re victimizarles.

Estas víctimas tienen familias y mientras están a la espera de respuestas por parte de las autoridades, lo que menos quieren es enterarse por la prensa de lo que pudo haberle sucedido a sus seres queridos.

Se nos olvida que además, poner nombres, imágenes o cualquier elemento que permita identificar a alguna persona, esto puede servir a su defensa y argumentar violación al debido proceso y con esto, ayudar a que algún criminal libre el castigo aún antes de ser siquiera detenido.

La violencia no se puede ocultar y menos en un país donde mil 488 municipios de los dos mil 471 que existen, tienen presencia de al menos un grupo criminal, de acuerdo con un estudio realizado por AC Consultores con base, afirman, en información que surgió de las filtraciones del llamado Guacamaya Leaks.

Es una violencia que padecen más de cien millones de personas en México de manera directa si analizamos la cantidad de población que vive en esto que representa el 60 por ciento de los municipios y alcaldías.

Sin embargo, la labor periodística no está en destacar los detalles de la violencia, sino en explicar el contexto y el entorno en que suceden estos hechos.

Identificar, por ejemplo, qué condiciones de pobreza enfrentan de acuerdo con los datos recientemente presentados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política en Desarrollo Social (Coneval); qué condiciones socio económicas enfrentan estas regiones del país, de acuerdo con los datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y muchos otros datos que ya existen y que ayudan a la audiencia a entender por qué una región es más vulnerable que otra.

Se trata de hacer periodismo profesional, que a veces le quieren poner el apellido de periodismo de datos, pero no olvidemos que todo periodismo es de datos, no de declaraciones.

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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy” que se transmite los martes a las 13:00 hrs., por Radio Educación.

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