El cambio climático pone a prueba a la industria aseguradora
El incremento en la frecuencia y severidad de los fenómenos meteorológicos representa un desafío financiero y operativo para el sector asegurador. Las compañías ajustan sus modelos de riesgo y desarrollan nuevos productos para hacer frente a una siniestralidad que va en aumento.
El panorama para la industria de seguros se transforma a medida que los efectos del cambio climático se hacen más evidentes. Temporadas de lluvias atípicas, huracanes de mayor intensidad y otros eventos extremos están impactando directamente en la siniestralidad y, por ende, en la operación de las aseguradoras a nivel global y nacional.
En México, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) informó que la industria paga diariamente 25 millones de pesos por siniestros derivados de fenómenos hidrometeorológicos. Las cifras muestran una tendencia clara: entre 2012 y 2024, los pagos promedio anuales por estos eventos ascendieron a 7,591 millones de pesos, lo que significa un aumento del 91% respecto al periodo 2001-2012.
Este escenario no es exclusivo de México. A escala global, el importe de las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales se aproxima a los 100,000 millones de dólares anuales, según Ernst Rauch, experto en clima de la reaseguradora Munich Re. subraya que “entre el 80 y el 90 por ciento de estas pérdidas están relacionadas con la meteorología”.
Adaptación del Sector: Modelos de Riesgo y Nuevos Productos
Las aseguradoras enfrentan la necesidad de recalibrar sus modelos de predicción para determinar los costos de las pólizas. Juan Manuel Friederich López, director de General de Seguros, durante la presentación del libro La Promotoría en México, que se realizó en días pasados en instalaciones de Grupo Peña Verde, en Ciudad de México; explica que existe “una afectación específica en los modelos que implica el que tengamos unas habilidades mucho más importantes con los huracanes, por ejemplo, debido justamente a los cambios climáticos”. Estos ajustes son fundamentales para mantener la viabilidad del negocio y seguir ofreciendo protección a los asegurados.
Ante este panorama, que Friederich López describe como “una problemática, pero un reto”, las compañías trabajan en la innovación de su oferta. “En General de Seguros sí estamos muy enfocados en diseñar algunos productos que tienen que ver con esquemas indemnizatorios que no necesariamente tienen que ver con el costo regular de un programa de gastos médicos y que por ser realmente denominados indemnizatorios pueden ser más accesibles a la gente”, señaló.
La respuesta a los siniestros sigue siendo una prioridad. “En las compañías de seguros vendemos una promesa en un papel y esa promesa la tenemos que cumplir en un reclamo. Y absolutamente estamos siendo muy eficaces en términos justamente de satisfacer esa promesa”, afirmó el director de General de Seguros, destacando que el seguro se mantiene como una opción fiable y con respuesta pronta para el consumidor dentro de las condiciones específicas de cada póliza.
La Realidad de la Siniestralidad
La temporada de lluvias de este año ya ha mostrado su impacto. Samuel Guzmán, director de daños de General de Seguros, informó que en mayo se registró la siniestralidad más alta debido a las lluvias en el norte del país. “Tuvimos particularmente en el municipio de Piedras Negras un reporte de más o menos 294 siniestros, y al día de hoy llevamos pagados 2 millones de pesos”, detalló.
La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) ha pronosticado para esta temporada la posible formación de hasta 6 huracanes intensos, de categoría 3 o superior, manteniendo la vigilancia climática hasta el 30 de noviembre. Guzmán recordó que septiembre y octubre son históricamente los meses más activos y donde se han presentado los mayores impactos.
El Reto Cultural de la Prevención
A pesar del aumento de los riesgos, persiste un desafío cultural en México. Un 47% de los mexicanos considera que los seguros son caros. Friederich López apunta a la necesidad de transformar la mentalidad hacia la prevención. “Es mejor comprar un seguro que al final del día gastarse parte de sus ingresos en ir al cine todos los sábados”, comentó, reconociendo que se requiere un trabajo continuo para que la población priorice la protección financiera.
Samuel Guzmán coincide en que la cultura sigue siendo un paradigma a romper. Observa que el interés por asegurarse aumenta después de un evento de gran impacto, pero disminuye con el tiempo bajo la percepción de “no me sucede a mí”. La contratación de seguros a menudo se concreta a través de programas masivos o asociados a créditos, más que por una decisión individual de prevención.
Ante este complejo escenario, la consultora Eikos recomienda a las empresas fortalecer tres pilares: contar con seguros adecuados, desarrollar protocolos internos robustos y establecer alianzas estratégicas predefinidas para la gestión de riesgos. Mientras tanto, la industria aseguradora continúa su adaptación para cumplir su promesa fundamental: estar ahí cuando más se necesita.