Flamenco que transforma
- Practicar flamenco mejora el bienestar físico, emocional y mental. Y si se hace de la mano de artistas internacionales, en un entorno natural como Tulum, el impacto puede ser profundo y duradero.
En un contexto donde el estrés y la sobreexigencia son parte de la vida cotidiana, el flamenco aparece como una vía poderosa para reconectar con uno mismo, fortalecer el cuerpo y abrir espacios emocionales que suelen permanecer cerrados. Esta práctica —con raíces profundas en la tradición andaluza— ha demostrado ser más que una expresión artística: es una herramienta de transformación personal.
Diversos estudios académicos y experiencias comunitarias destacan los múltiples beneficios del flamenco para el bienestar integral:
-Mejora la postura y fortalece el cuerpo: al ser una danza de impacto y precisión, fortalece el tren inferior, activa el core y corrige la alineación postural. Un estudio realizado por el Hospital Universitario de Murcia (2022) evidenció que bailar flamenco mejora el control postural en un 47% en mujeres adultas.
-Estimula la mente y la memoria: la coordinación entre palmas, pies, música y espacio potencia la actividad cerebral. La Universidad de Cádiz (2021) identificó mejoras en memoria y enfoque en personas que practican flamenco durante al menos tres meses.
-Reduce el estrés y la ansiedad: la energía liberada en el taconeo y el trabajo rítmico profundo activa neurotransmisores del bienestar como la dopamina y serotonina. Estudios han mostrado disminuciones de cortisol en un 30% tras sesiones regulares.
-Eleva la autoestima y empodera: el flamenco trabaja con la mirada, el centro y la presencia, devolviendo fuerza expresiva y seguridad a quienes lo practican.
-Fomenta comunidad y empatía: al ser una experiencia colectiva, promueve vínculos de confianza, respeto y cooperación, esenciales en procesos de autocuidado.
“No necesitas experiencia previa: el flamenco es para todos y hemos diseñado Veranos Flamencos con Mucho Arte, para que, desde adolescentes a adultos mayores, puedan disfrutar de este momento” comenta Lya Morgana, la cabeza y corazón detrás de ese programa.
Contrario a lo que se piensa, el flamenco no es exclusivo de personas con formación artística. Cualquier mujer, sin importar edad ni experiencia previa, puede sumarse a esta práctica y descubrir su propia voz corporal. Gracias a un enfoque pedagógico sensible y progresivo, es posible aprender desde cero, compartiendo espacio con otras mujeres que también están en proceso de búsqueda y fortalecimiento personal.
Veranos Flamencos en Tulum: una pasantía artística lejos de la rutina
Una de las propuestas más completas y originales en América Latina es Veranos Flamencos con Mucho Arte, una residencia intensiva que se lleva a cabo del 18 al 27 de julio en Tulum, Quintana Roo. En su quinta edición, este programa multinivel convoca a mujeres de México y otros países a vivir una experiencia de formación artística y transformación emocional en medio de la selva maya.
Dirigido por la bailaora y coreógrafa Lya Morgana, el programa integra clases técnicas, sesiones magistrales, espectáculos, conversatorios y experiencias ecoturísticas. Morgana ha impartido clases en la UNAM y ha dedicado más de 15 años al uso del arte como herramienta de empoderamiento.
“Nos interesa muchísimo difundir este programa que, en este año, cumple 5 años, porque lo iniciamos en la pandemia con uno de los propósitos de fortalecer y no perder el vínculo ni las ganas de seguir haciendo arte pese a las restricciones lógicas del momento” continúa Morgana. “Lo mejor es que esta Veranos Flamencos es un momento de mucha creación, baile pero también diversión, apoyo a la comunidad local y transformación de la creatividad a través de pensar fuera de la caja”.
Entre las artistas invitadas destacan las reconocidas maestras María Díaz, Alejandra Águila y el músico mexicano Emilio Masari, quien acompañará algunas sesiones con música en vivo.